¿Qué es el Arte Latte? Es cuando después de vaporizar la leche, la viertes sobre el espresso con el fin de crear diseños en el café. Además de leche, se puede hacer con colorantes o chocolate.

Pero bueno no voy a hablar del proceso en sí, si no más que nada quiero compartir mi experiencia de y cómo mi vida cambió cuando entré a trabajar en una cafetería aquí en Copenhague¡Claro! Hasta antes de ese momento no me había percatado de la técnica y todo el trabajo que hay detrás para poder disfrutar de una buena taza de café.

La decisión de venir fue que mi esposo obtuvo un buen trabajo. Es fácil pensar que al llegar a este país nórdico de primer mundo todo sería perfecto; un país que es conocido por estar en el ranking de los más felices del mundo y con la mejor calidad de vida. ¿Qué más podíamos pedir?

Sin embargo, recién llegados empezamos a pasar por situaciones difíciles con muchas diferentes pérdidas que llegaron a nuestras vidas.  Por lo cual adaptarme rápido no fue nada fácil, al contrario de mi esposo. 

Cuando por fin tuve la intensión de seguir adelante, decidí que ya era hora de buscar trabajo. Yo soy Ingeniero Industrial graduada de una buena universidad de México y con 12 años de experiencia en la industria automotriz. Y ahí estaba, con toda la emoción, ánimo y optimismo, y encendí la computadora, actualicé mi perfil de LinkedIn y empecé mi travesía. ¿Qué podía salir mal?

¡Oh, sorpresa! Inmediatamente me di cuenta que no es fácil como pensé. El proceso de reclutamiento aquí no es como en México, mi perfil no tiene relación con las vacantes de aquí, ya que la industria automotriz es menor; y encima de todo, piden como requisito inglés y danés fluidos. Toda mi ilusión se vino abajo. Era la primera vez en mi vida que buscar trabajo de mi carrera era tan complicado y lejano. Tal vez, sin darme cuenta me había acostumbrado a la buena suerte de no haber pasado por esa dificultad en México.

Así que decidida a todo y con esperanza de que a alguna empresa le llamaría la atención mi perfil, en un mes apliqué alrededor de 50 vacantes. Lo que vino después fue una lluvia constante de mail diciendo que no había sido seleccionada para continuar en el proceso de esa vacante. Después de tanto rechazo, mi ánimo cayó al suelo y llegué a pensar si en verdad era buena en mi profesión.

Tenía firme la idea de trabajar y sentirme útil, y de ganar mi propio dinero, pues eran actividades a las cuales ya estaba muy acostumbrada antes de llegar aquí y que anhelaba en el fondo de mi corazón. Al darme cuenta que encontrar un trabajo de mi área iba a requerir más tiempo del que pensé, decidí bajar mis estándares y buscar algún trabajo temporal. Afortunadamente y antes de que mi vida se volviera un caos, enseguida me llegó la oportunidad.

Empecé en la cafetería de la universidad donde trabaja mi esposo. Para mí fue el trabajo perfecto en un momento necesario en mi vida. A partir de entonces, adopté la rutina de levantarme temprano, usaba la bicicleta para ir al trabajo, así que empezaba el día con un poco de ejercicio. Por mi personalidad, era fácil recibir a los clientes con una buena actitud y una sonrisa. Recibí entrenamiento para poder preparar los tipos de café que se ofrecían; además se prestaba la oportunidad para hablar inglés y hasta practicar mi escaso danés. Tenía oportunidad de pasar más tiempo con mi esposo y comer juntos. Algo que me encantó fue conocer a muchas personas y entre ellas 2 mexicanas (una de ellas era mi jefa) que al verlas felices, trabajando, y disfrutando Dinamarca, recibí un shot doble de motivación con tres pumps de alegría. Esta experiencia me abrió los ojos y me ayudó increiblemente a adaptarme y a disfrutar mi nueva vida en Escandinavia.

Aquí dejo unas fotos de mi estancia en la cafetería y de mi arte latte. Me encantaba que algunos clientes apreciaban ese detalle y me regalaran una sonrisa de agradecimiento. También era divertido ver cómo otros clientes ni lo notaban y enseguida lo mezclaban. De cualquier forma yo era feliz mientras disfrutaran mi café y volvieran al día siguiente.

Todo era casi perfecto en ese momento, aun sabiendo que mi familia no aceptaría que trabajara en una cafetería. Al final no fue sencillo para ellos que yo, siendo ingeniero hubiera terminado preparando café. No estaban orgullosos de mí. Me tomó tiempo entender que ellos no habían pasado por una experiencia similar en el extranjero, y pensaban que estaba desperdiciando la educación que con tanto esfuerzo me habían dado. Además que no supe cómo transmitirles la satisfacción que sentí al regresar a trabajar, y que fue el primer gran logro para mí en este país. 

Y un buen día, mientras trabajaba en la cafetería, recibí la tan ansiada llamada para una entrevista. Al escuchar la descripción de la vacante, pensé: es para mí. Pasé satisfactoriamente por el periodo de selección y semanas después, recibí otra llamada que me daría la noticia que me subió al cielo. Así fue como hace 4 meses empecé a trabajar para una compañía danesa como ingeniero en el área de Calidad.  

Con esto quiero transmitirles que aunque la travesía de la búsqueda de trabajo es extenuante, no se desesperen. Es difícil pero no imposible encontrar el trabajo de sus sueños aquí en Dinamarca. Como me dijo una querida amiga que conocí en el camino: “encontrar trabajo es un trabajo de tiempo completo”. Más adelante comentaré mi experiencia y los recursos que usé para encontrar trabajo.

Y si en el camino se les presenta la oportunidad de un trabajo temporal, tómenlo porque es una buena opción para integrarse a la cultura danesa, practicar el idioma y hacer bonitas amistades

Al final lo que importa es sensirse bien con uno mismo, te dediques a lo que te dediques. Cualquier opción aporta valor a tu vida, así que no hay decisión incorrecta siempre y cuando seas feliz.

Todo llega por una razón y a su tiempo, hay que saber disfrutar el camino.

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